Hace muchos años escuche una frase que decía que hay que
tener hijos para que cuando se llegue a viejo haya quien lo cuide a uno, también
escuche otra frase que decía: a mis hijos puedo hasta comérmelos porque ellos
me pertenecen, yo los traje al mundo, otra frase que escuche: “tú no te puedes
casar hasta que yo me muera”, incluso esta frase aparece en la película “como agua para
chocolate”.
Sí, pero esos fueron otros tiempos, los hijos obedecían ciegamente
a los padres sin hacer pregunta alguna. Y creo que los extremos van a traer generalmente problemas. Actuar como en la película “como agua para chocolate”,
es hacerlo de forma muy egoísta y
solamente pensando en el bienestar personal, en primera persona; de igual
forma que cuando el hij@ conto con el apoyo de los padres y
cuando tienen las alas fuertes se olvida
del origen es nuevamente egoísta, porque se piensa en primera persona
solamente.
Y encontrar el punto
medio como padre o madre y como hijo o
hija es un trabajo que tenemos que
realizar para poder encontrar la armonía y que pueda mantenerse ese laso familiar del
que muchos se quejan y otros se sienten orgullosos.
Esperar algo de los hijos a cambio de haberlos traído al
mundo puede ser contraproducente, muchos
padres entran en tristeza y depresión porque
siempre están esperando algo de los hijos y eso solo los hace caer en
frustración.
Tenemos que ser claros en nuestro planteamiento y no dejar
nada a la deriva, cuando nos dirigimos a nuestros hijos o cuando nos dirigimos nuestros papas.
Nadie es adivino para saber que está pensando la otra
persona, así que si en mi mente tengo una clase de hijo y no concuerda con la
realidad o tengo una padre ideal en la mente y no coincide con el real lo mejor
que aprender a construir uno a mi propia
medida pero externando directamente mis necesidades
y ver las probabilidades de que eso se cumpla.
Ejemplo: si tengo un hijo
adolescente entonces le digo lo que espero de él y lo que puedo dar a
cambio. : espero de ti buenas calificaciones, buen comportamiento, orden en tu
cuarto, colaboración en los quehaceres de la casa, etc., a cambio de eso yo me comprometo contigo a
proporcionarte, ropa, comida, transporte, apoyo en tus actividades cotidianas,
etc.
Cuando se es adulto y
es todo un hombre y una mujer tengo que ser muy objetivo en este planteamiento:
hij@ ahora ya eres mayor de edad , autosuficiente económicamente ,emocionalmente, espiritualmente con
tolerancia, libertad y suficientes valores como herramientas para una vida
exitosa, lo que ahora espero de ti es que aunque ya sé que no me necesitas ,
espero de ti una llamada de vez en cuando, igual que una visita probablemente programada, me encantaría que me
preguntaras como estoy , que estoy haciendo y como me ha ido, porque eso como
padre o madre es como una vitamina para mi alma, saber que no pase por este
mundo solo como maestr@, enfermer@, asistente, consejer@, couching, como
soporte económico o emocional sino como algo más que eso.
Y como padre o madre
me comprometo a mantenerme en el límite
del respeto para que actúes en libertad y con decisiones libres cualquiera que
estas sean, este yo o no de acuerdo ya que tu asumirás las consecuencias de tus
decisiones y aunque muchas veces observe que las cosas no te van bien, amarraré
esos deseos inmensos de salvarte de lo que sea, para que tu eches a
andar las herramientas que te proporcione y que guardaste en tu bolsita para que las
saques y las pongas al servicio de tus necesidades.
Sé que me costará mucho trabajo, pero me prometo a mi mism@
que el haberte tenido fue algo maravilloso, pero eres solo uno de los
muchos objetivos importantes que me plantee como ser
humano, porque tengo otros objetivos más, pero el amor que te tengo a veces
hace que me extravié y me olvide de arrancar mi motor en esos otros
objetivos que tengo que realizar. Pero eso, eso es parte de lo que tengo que
trabajar y no pensar que se ha acabado ya la vida, hay otras grandes aventuras
que tengo que realizar, así que te doy tu libertad en toda la extensión de la
palabra para que surques los mares que
tengas que cruzar y yo me ocupe de lo que tenga que ocuparme.
Y claro, me siento orgullos@ de haberte mostrado lo mejor y peor de las situaciones con las que te puedes encontrar y también algunas alternativas de solución, a sabiendas de que como todo cambia, también las soluciones cambias.
Hay una canción que dice: siempre hay porque vivir y a quien amar…
Hij@ nada me debes nada te debo estamos en paz.
Hasta la próxima.
Dr. Fausto Gerardo Rosas Nepomuceno
Psicoterapeuta Familiar y de Pareja
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